Pastora, campo y flores.

Buenos días!!

El viernes pasado tuve que llevar a la enana vestida de pastora a la guarde. El día en el que se hizo la reunión de padres para hablar de las actividades navideñas no pude ir, así que fue mi marido por mí y la verdad es que no se enteró de mucho, pero bueno, no sé si gracias a eso empecé a preguntar a otra madre por cosillas de la reunión y se me ocurrió preguntar
"¿dónde vas a comprar el vestido de pastora?"

Bueno pues ahí empezó todo.
Yo sólo conocía el típico traje que viene ya hecho, con falda roja, blusa blanca, corpiño negro y pañuelo rojo, hasta que me enteré de que ahora se hacen las faldas de flores con el pañuelo a juego.
Reconozco que no tenía ni idea, pero la idea me gustó.
Así que me puse manos a la obra.

Compré la tela en una tienda del barrio, de villela muy abrigadita (75 cm) y el elástico de la cintura. Me costó todo 7 euros y fue lo único que gasté porque lo demás lo fui haciendo a base de retazos de tela que encontré en casa de mi madre.

Para hacer la falda medí el largo y el vuelo de un vestidito que se pone y mi madre se encargó de cortarla, meterle el elástico y coserla a máquina. Con su puntilla incluida, detalle que me dijeron en la tienda de telas porque tampoco había caído yo en que había que adornarla...
Para hacer el delantal usé una tela de plumetti que tenía en casa. Usé como patrón un delantal que tiene mi hija y corté todas las piezas. Le puse tela doble y le metí en medio otra puntilla diferente y ya mi madre se encargó de coserlo a máquina.
El pañuelo lo hice el día antes a prisa y corriendo y cosido a mano, porque ya no tuve tiempo para más. Un simple pico con tres costuras.
No le hice corpiño, usé un chalequillo de lana gris muy mono de spantajaparos que ya teníamos por casa.

Así de rápido y de fácil salío el conjuntito de la pastorcita.

Durante toda la semana estuvo mala y me pensé mucho si llevarla o no. Tenía llagas en la boca y unos mimos... cuando la estaba vistiendo el viernes por la mañana no paraba de llorar.
Pero creí que era una buena experiencia porque iba un cartero real a recoger todas las cartas de los Reyes Magos.
Aunque hubo muchos llantos, merecío la pena ;-)